Por Cascarito
Bien dicen que no hay marcador escrito sobre piedra, equipo pequeño o que hasta el más tonto hace relojes, frases meramente futboleras pero que nos hace ver que cualquier cosa puede suceder en éste bello deporte, y es precisamente la sopresa uno de los ingredientes que más sabor le da a la disciplina en cuestión.
El Lunes pudimos ser testigos de algo inédito para un equipo y que no pasa mucho en la Liga Premier de Inglaterra, pero que ya ha sucedido. Después de más de cien años, un equipo que nadie ubicaba en el mapa, el Leicester City, por fin pudo proclamarse campeón por primera vez en su historia, lo cual fue sorpresa para propios y extraños, ya que algo así no sucedía desde hace mucho tiempo, porque siempre vemos a los mismos levantar el título de campeón en "la Isla".
En realidad, éste hecho no nos debería sorprender, como dije en el párrafo anterior, hechos como éste sucedieron a finales de los 60 y parte de la década de los 70 con el Derby County y el Nottingham Forest respectivamente, ambos dirigidos por el histórico y polémico Brian Clough, quien tuvo como brazo derecho a Peter Taylor. Ambos supieron llevar equipos desde segunda divisón hasta lo más alto de la liga local, e incluso, levantar la codiciada "Orejona" de la Champions, algo que se está repitiendo con los "Foxes".
Lo obtenido por el nuevo monarca británico nos hace pensar y soñar que aún existen instituciones que juegan por amor a la camiseta, que pueden más once jugadores que una estrella mediática, que la humildad vence a la soberbia de los equipos poderosos, pero hasta ahí. Solo el tiempo nos dirá cuánto dura ésta hazaña que ya comenzó a ganar seguidores nunca antes vistos.
Ese es el punto al que voy con éste artículo, ya que de la nada comenzaron a surgir nuevos "seguidores" en la parte final de la temporada 2015-2016. Se les veía por todas las redes sociales en estado de euforia, algarabía, jolgorio y alegría. Veíamos como páginas en Facebook hechas por aficionados al futbol lucraban en sentido figurado con imágenes de aficionados llorando y jugadores celebrando solo para ganar nuevos seguidores, "likes" y comentarios, cuando antes, ni afición ni administradores de páginas se dieron a la tarea de abordar información sobre el equipo.
Todo esto es un efecto que ocurre cuando un equipo es campeón, sobre todo con uno que jamás habíamos visto, y es que la victoria está llena de hijos y la derrota es huérfana. Ya nadie se acuerda del Manchester United que alguna vez fue el favorito durante algún tiempo en la etapa de Alex Ferguson. Olvidamos al Chelsea por el que todos se desvivían el año pasado y que esos mismos aplaudieron la salida de Mourinho. Se desconoce por completo al Liverpool y al Arsenal. Solo queda el Manchester City, a ver si le gana al Real Madrid y pasa a la final de la Champions, donde también veremos una tormenta de aficionados oportunistas.
Casos como estos también se vieron a principios de la década del 2000 cuando Boca Juniors acaparaba las portadas no solo de su país, sino a nivel internacional y el ídolo era Juan Román Riquelme. También puedo citar al Real Madrid de la época de los "Galácticos", el fenómeno del Barcelona en no hace mucho tiempo, e incluso, el Milán de Inzaghi, Maldini y compañía, entre otros.
Está bien saber reconocer cuando un equipo logra algo importante, como es con el Leicester City, pero tampoco hay que colgarnos, a final de cuentas, se supone que un sabio aficionado al futbol no cambia a su equipo por nada del mundo.
Aprovechando
Vean a Viole Rodríguez el día de hoy a las 2:30 PM en Periscope, solo síganla como @voleigo, nos hablará sus apreciaciones del primer tiempo entre el Real Madrid y el Manchester City, así como lo que se espera para la segunda parte.
Twitter @danieleonp